Una de las tantas empresas automotrices que tiene problemas es la General Motors, ubicada en Alvear, la cual envió a 500 personas telegramas de despido debido a la gran baja que a tenido la institución en la venta de sus vehículos.
Al día siguiente, un gran número de empleados desafectados, marcharon al Ministerio de Trabajo y, posteriormente se reunieron de urgencia con los directivos de la empresa para intentar solucionar los despidos.
Trabajadores de General Motors marcharon ayer hasta la Secretaría de Trabajo.
Como primera medida, tras las reuniones que se dispusieron entre el ministro de trabajo, Carlos Rodríguez, y la empresa con la inclusión de algunos miembros de Smata (Sindicato de mecánicos y afines del transporte automotor), fue la de reincorporar a sólo la mitad de personas despedidas.
Hasta ahora la única decisión fue la de acatar una conciliación obligatoria dictada por el Ministro de trabajo de la provincia, en la cual la planta deberá suspender las cesantías en la fabrica de Alvear. Es decir que el 3 de noviembre, cuando finalice el período de inactividad programado por la empresa para ajustar el stock, todos los empleados deberían volver a sus puestos de trabajo.
El panorama sigue siendo el mismo, que en las semanas del conflicto, con un clima de distensión en la planta luego de no encontrar solución para los problemas de la crisis en la industria automotriz y la latente posibilidad de que más trabajadores pierdan su puesto de trabajo.
En declaraciones el presidente comunal de la localidad de Alvear,Oscar Montagni, habló con la prensa sobre los conflictos ocurridos en la empresa automotriz
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